Cascais Situada junto al mar y, tradicionalmente, una aldea pesquera


Cascais

Situada junto al mar y, tradicionalmente, una aldea pesquera, Cascais tuvo un importante desarrollo en el s. XIV, cuando era un puerto de escala con gran movimiento para los navíos que se dirigían a Lisboa.

 

Sin embargo, a partir de la 2ª mitad del s. XIX, época en la que los baños en el mar comenzaron a generalizarse, fue cuando Cascais sufrió un impulso que la transformó en un centro de veraneo que se puso de moda. El principal impulsor de la transformación fue el Rey de Portugal D. Luís I, que en 1870 convirtió la fortaleza de la ciudadela en la residencia de verano de la monarquía portuguesa. Este ejemplo fue seguido por la nobleza que construyó palacetes y bellísimas viviendas aquí, donde pasaban la época más cálida del año, transformando totalmente la antigua aldea de pescadores.

 

Cascais también comenzó a atraer a curiosos que iban de paseo, quedando facilitado el acceso por vía férrea con la inauguración de la conexión entre Pedrouços y Cascais en 1889. Hoy en día, Cascais es una localidad muy alegre y cosmopolita que aún conserva su aire aristocrático.

 

Recomendamos un paseo por sus calles que poseen tiendas de excelente calidad o unos momentos de reposo en alguna de las múltiples terrazas que aquí existen. Las playas siguen siendo uno de los principales motivos de atracción, pudiéndose elegir entre las que se sitúan en la bahía abrigada de la aldea o las que quedan un poco más alejadas, en la zona de Guincho (integradas ya en el Parque Natural Sintra-Cascais), que ofrecen condiciones excelentes para la práctica de surf y windsurf. La Boca del Infierno, un acantilado de la costa rodeado de paredes rocosas, escarpas y de cavernas, sigue siendo una curiosidad natural que atrae a muchos visitantes para observar la fuerza del mar.

 

Cabe destacar especialmente la gastronomía, particularmente los pescados frescos y mariscos, que se pueden saborear en los diversos restaurantes existentes en la región.